El legado de Pablo Ráez

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Nuestros números 1, Number1 opina

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Pablo Ráez, el joven malagueño que a través de las redes sociales, trasladó al mundo un mensaje de lucha constante dibujando sonrisas, nos dejó la semana pasado dejando un legado eterno. 

Cuando el malagueño Pablo Ráez se ‘coló’ en las redes sociales en busca de donantes y trasladar a la sociedad un problema tan lejano y a la vez tan cercano, nunca imaginó que el día de su muerte se convertiría en leyenda con un adiós que tiño de negro al país, a pesar de tratarse de una persona desconocida hasta ese instante y que sin darse cuenta se fue metiendo de lleno en el día a día de cada uno de nosotros.

Porque la vida a veces es sencilla, porque un sueño puede más que el obstáculo más grande, porque la sonrisa de un niño es el camino para descubrir que un mundo mejor es posible. El malagueño Pablo Ráez reunía valores impropios en un joven de su edad y al que la vida le había castigado de lleno con un destino a veces tan injusto como caprichoso.

Con mucha vida por delante, muchos sueños que cumplir, muchas lecciones que dar, y también que aprender, y haciendo frente con entereza y una madurez increíble a esa maldita enfermedad que le atrapó sin opción alguna de dejarla atrás. Pablo se ha marchado, pero ha dejado un legado eterno, que harán  de su recuerdo y su historia, el mejor ejemplo para todos aquellos que tengan que disputar un partido tan difícil en sus vidas.

Muchos pensarán que la enfermedad ganó, pero se equivocan. Pablo Ráez, deportista nato, joven apasionado, hijo, el novio de Andrea, a cuyo hijo le enseñó que invencible es mucho más que una palabra, se ha convertido tras su muerte en una leyenda, un ejemplo para aquellos que se quejan por gusto y también para aquellos que lo hacen por una causa justificada.

Desde su adiós habrá un antes y un después de ese joven malagueño que nos enseñó que las redes sociales también nos dejan cosas buenas, que son una herramienta magnífica para llegar a rincones que de otra forma sería imposible alcanzar. La sociedad se hizo eco de su llamada de auxilio pidiendo un donante; Pablo consiguió con su historia que las donaciones en España se multiplicaran, que un país dejara de hablar aunque fuera un instante de esa envidia y corrupción que nos tiene atrapados desde hace tiempo.

Pablo ha dejado su legado, como el de Adolfo Sánchez, un niño de 16 años recién cumplidos y vecino de Tocina y Los Rosales (Sevilla) que se ha convertido en imagen de una campaña en busca de donantes bajo el lema #1MinutoxUnaVida El primer capítulo de los muchos que Pablo dejó en blanco en su historia interminable, para que otros, con su ejemplo, fueran escribiendo para hacer un mundo mejor.

Pablo Ráez nos enseñó algo que muchos habían olvidado: Que hay que luchar hasta el final, que no fracasa quien pierde, sino quien dejó de luchar ante la adversidad, y una frase que deberíamos grabarnos cada uno en nuestro día a día: «No te atormentes con el pasado, perdónate y quiérete; No te atormentes con el futuro, pierdes el tiempo de disfrutar del presente».

Al fin y al cabo… La muerte no es triste, lo triste es que la gente no sepa vivir.

¡Hasta siempre Pablo! ¡Gracias por tus lecciones!

JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker